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Volcanes de Canarias

Erupciones Históricas El Hierro

 Síntesis de la erupción submarina de El Hierro

Por Iván Bolaños, Geógrafo  Contacta
ImágenesExtraídas de Martí, J., Pinel, V., López, C. et al, 2013

La erupción de El Hierro comenzó el 10 de octubre de 2011 en el flanco submarino SW de la Isla, a 5 km aproximadamente de La Restinga y a una profundidad de 900 m. La erupción fue precedida por cerca de 3 meses con más de 11.000 seísmos, una deformación superficial de 4 cm y emisiones gaseosas. Esta erupción ha sido la primera cuya evolución ha estado monitorizada en tiempo real desde su comienzo.

El Hierro es la isla más joven del Archipiélago, se sitúa al SW del mismo y los materiales subaéreos más antiguos datan de 1,12 Ma. La Isla asciende desde una profundidad de 4.000 m hasta una altitud de casi 1.500 m. Estudios batimétricos han revelado que un número significativo de conos bien conservados existen en los flancos submarinos de la Isla, particularmente en la continuación del rift meridional, lo que sugiere una notable actividad volcánica ocurrida en tiempo reciente.

Figura 1.  Mapa geológico simplificado de El Hierro (de Ancochea et al., 2004) mostrando los principales elementos morfológicos y estructurales, y la migración del epicentro de la sismicidad con el tiempo.

Fuente: Extraída de Martí, J., Pinel, V., López, C. et al, 2013, página 2.

 

Durante casi los dos primeros meses del episodio pre-eruptivo (comprendido entre el 17 de julio y el 10 de octubre de 2011), la actividad sísmica se concentró en el N de la Isla, en sectores próximos a la costa y de interior de la depresión de El Golfo, localizándose los hipocentros a una profundidad de 10-15 km. En la segunda semana de septiembre, la localización de los epicentros reflejó la migración de la sismicidad hacia el S durante más de 14 kilómetros, la cual fue interpretada como un desplazamiento lateral del magma. La profundidad de los sismos prácticamente no varió. El comienzo de esta migración coincidió con una drástica aceleración de la deformación superficial. Desde el 27 de septiembre hasta el inicio de la erupción (10 de octubre), el IGN registró un nuevo e importante incremento de la actividad sísmica, con más de 1.100 nuevos terremotos, de los cuales más de 90 fueron sentidos por la población con un valor de intensidad máxima de IV. Antes de la finalización del episodio pre-eruptivo tuvo lugar escasos terremotos superficiales, lo que sugiere que el magma utilizó una de las principales fisuras del rift meridional para ascender a una velocidad de 0,13 m s-1.

 

Primera fase de la erupción

Las primeras fases del episodio eruptivo fueron explosivas, emitiéndose bombas y fragmentos de escorias de diámetro superior a los 30 cm, acumulándose directamente sobre la fisura eruptiva. Debido a la baja densidad por la alta porosidad, algunos de esos fragmentos aparecieron flotando en la superficie oceánica. Una de las particularidades de las bombas altamente vesiculadas fue que tenían un núcleo blanco de composición silícia y un caparazón escoriáceo negro basanítico. Durante los tres primeros días de la erupción, el foco eruptivo migró hacia el N a lo largo de la fisura 3 km hasta una profundidad de 300 m, situándose a casi 2 km de la línea costera. En este lugar el avance de la fisura se detuvo debido a su intersección con una falla normal NE-SW, formándose un conducto central y un edificio por acumulación de material piroclástico de 220 m de altura y más de un km de base. El volumen total de material emitido se ha estimado en 0,33 km3. Durante los primeros días de la erupción la sismicidad asociada fue muy débil, pero casi 10 días después, la sismicidad volcano-tectónica se concentró al N de la Isla a una profundidad de 20-25 km, y 10 días después, también a 10-15 km. La composición del magma fue casi constante durante todo el proceso.

Dos reservorios de magma bajo la isla

En relación con la variación temporal de los principales parámetros pre-eruptivos y eruptivos, uno de los aspectos más interesantes es la correlación de los episodios de mayor deformación con el funcionamiento de cada reservorio magmático (a 20-25 y a 10-15 km de profundidad). La comparación de la evolución temporal de las principales variables geofísicas y petrológicas, y la elaboración de un modelo mecanicista de la propagación del magma en la corteza, nos permite obtener un modelo volcanológico que explica las causas y mecanismos de la erupción de la Isla. Este modelo contribuye a comprender cómo la erupción fue preparándose algunos meses antes de su comienzo y cómo se desarrolló. El modelo propone contribuir a la correcta interpretación del significado geológico de las señales precursoras. Esto es un aspecto clave en la predicción volcánica, y será útil para anticipar erupciones futuras en Canarias o en otras regiones de características similares.

El proceso eruptivo de El Hierro ha supuesto la modificación de las teorías que apuntaban a una posible erupción moderna en Lanzarote, Tenerife o La Palma. El Hierro no era considerada como una localización potencial para una nueva erupción. En esta línea, Hernández-Pacheco postuló en 1793 que una erupción había ocurrido en Lomo Negro, aunque no existen crónicas históricas, siendo los seísmos generados por aquélla sentidos por la población. Al no existir observaciones directas, esa erupción no fue incluida en el catálogo de erupciones históricas de Canarias. La nueva erupción herreña abre la vía a la posible ocurrencia en el pasado de otras erupciones submarinas sin que hayan sido registradas documentalmente.

Fuente consultada:

Martí, J., Pinel, V., López, C. et al (2013). “Causes and mechanisms of the 2011-2012 El Hierro (Canary Islands) submarine eruption” en Journal of Geophysical Research: Solid Earth, vol. 118, p. 1-17.

<http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/jgrb.50087/abstract> [Consulta: 24 de noviembre de 2013].

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